06 Rúnica Noológica, el secreto


Representación de um Druida, de autor desconocido (Fuente: Museo Nacional del País de Gales).

Perdiste el Origen y eres prisionero de la serpiente, entonces, comprende a la serpiente con el SÍMBOLO DEL ORIGEN y serás nuevamente libre en el Origen.

Las Tablas de la Ley contienen el Secreto de la Serpiente, es decir, la descripción de las veintidós voces que el Dios Creador empleó para realizar su obra, y los diez Aspectos, o Sephiroth, con que se manifestó en el Mundo al ejecutar la Creación: son los treinta y dos misteriosos caminos del Uno.

Este conocimiento, da lugar a una Alta Ciencia denominada Kábala acústica y numeral, la que se encuentra expresada sólo en las primeras Tablas de la Ley.

En las segundas, que siempre fueron exotéricas, no hay más que un Decálogo Moral, pálido reflejo de los diez Arquetipos Supremos o Sephiroth.

Las primeras tablas poseen el Secreto de la Serpiente, el Secreto de la Construcción del Universo.

Para preservar este secreto de las miradas profanas, las Tablas fueron guardadas en el Arca de la Alianza, mientras que una “interpretación” de la Cábala Acústica era cifrada por Moisés, Josué, los Ancianos, etc., en el pentateuco o Thorá escrita.

Las veintidós letras hebreas, con que fueron escritas las palabras cifradas, guardan una relación directa con los veintidós sonidos arquetípicos que pronunció el Creador Uno, lo que les otorga un inestimable valor como instrumento mágico.

Tales letras poseen también un significado numérico arquetípico, de modo que toda palabra es suceptible de ser analizada e interpretada.

Ese es el origen de la Kábala numérica judía, exclusivamente dedicada a comprender la Escritura de la Torah, la que no debe confundirse con la Kábala acústica Atlante blanca, que se halla referida a las Vrunas de Navután.

La Kábala acústica se encontraba revelada en las Tablas de la Ley y éstas encerradas en el Arca, de donde sólo podían ser extraídas una vez al año, para privilegio de los Sacerdotes.

Finalmente, el Rey Salomón hizo enterrar el Arca en una cripta profunda bajo el Templo, unos mil años aJC, y permaneció en el mismo lugar hasta la Edad Media, es decir, por espacio de veintiún siglos.

Podría agregar que fue la manera mágica como se la enterró la que impidió que el Arca fuese hallada antes.

A la muerte de Salomón, el Reino de Israel se dividió en dos partes. 

• Las tribus de Judá y Benjamín, que ocupaban el Sur de Palestina, quedaron bajo el mando de Roboam, hijo de Salomón.

• El resto del país, formado por las otras diez tribus, se alineó tras la autoridad de Jeroboam.

En el año 719 aJ.C. el Gran Rey Sargón destruyó el Reino de Israel, y las diez tribus de Jeroboam fueron transportadas al interior de Asiria para servir en la esclavitud.

Las dos tribus restantes formaron el Reino de Judá, del cual descienden, en mayor o menor medida, los judíos actuales.

Las “diez tribus perdidas de Israel” no desaparecieron de la Historia como la propaganda interesada de los judíos pretende hacer creer, dado que se sabe sobre el asunto mucho más de lo que se dice.

Es cierto que hubo hebreos en América antes de Colón, y también que una gran parte de la población actual de Afganistán desciende de los primitivos miembros del Pueblo Elegido.

Lo que aquí interesa es señalar que hubo entonces una migración de hebreos hacia el Norte, los cuales iban guiados por una poderosa casta levita.

Después de atravesar el Cáucaso, adonde fueron diezmados por tribus germánicas, llegaron a las estepas de Rusia y allí chocaron con un pueblo ESCITA.

La masa del pueblo hebreo se MEZCLÓ con los escitas, mas, como eran muy inferiores en número, no afectaron la identidad étnica de éstos; por el contrario, la casta levita no aceptó perder su condición de miembros del Pueblo Elegido degradando su Sangre con los Gentiles.

Los levitas permanecieron así, dedicados al Culto y al estudio de la Kábala numérica, durante muchos años, llegando a alcanzar notables progresos en el campo de la hechicería y la magia natural.

Cuando, siglos después, los ESCITAS se desplazaron hacia el Oeste, una parte de ellos se estableció en los Cárpatos y en las orillas del Mar Negro, mientras que otra parte continuó su avance hacia Europa central, adonde fueron conocidos como celtas.

El pueblo ESCITA del Asia Menor recibió muchos nombres, de acuerdo al país donde transitó o se asentó: fundamentalmente eran CELTAS, pero se los conoció como galos, irlandeses, escoceses, bretones, galeses, córnicos, gálatas, gallegos, lucitanos, etc.

Veamos ahora con más detalle cómo fue que los Golen se unieron a los celtas, y cuál era su verdadero origen.

Acompañando a los celtas iban los descendientes de aquellos Sacerdotes levitas, llamados ahora Golen por creerse que su procedencia era la fenicia Ciudad de Sidón, adonde los denominaban Gauls o Gaulens.

De Sidón, los Golen se expandieron a Tiro, desde donde navegaron con los fenicios hasta Tharsis e hicieron las primeras incursiones que recuerdan los Señores de Tharsis.

Tras la caída de Tiro, en el siglo IV aJC, habrían de asentarse, como se vio, en Cartago, desempeñando el Sacerdocio de Baal Moloch.

Algunos Golen se establecieron también en Frigia, como oficiantes del Culto de Cíbeles, de Adonis, y de Atis.

Es que para entonces, los Golen poseían ya un terrible poder, fruto de siglos consagrados al estudio del Satanismo y la práctica de la Magia Negra. 

En síntesis, los celtas avanzaron por Europa guiados por los Golen. Y el tiempo diría que aquella alianza no acabaría jamás, extendiéndose hasta nuestros días.

¿Cómo llegaron los levitas de las tribus perdidas a convertirse en Golen, es decir, cómo obtuvieron su siniestro conocimiento?

La explicación debe buscarse en el hecho de que estos levitas, cosa que no ocurrió con otros Sacerdotes judíos ni entonces ni después, no se conformaban con el saber que sólo podía extraerse de la Torah escrita: ellos deseaban acceder a la Hokhmah, o Sabiduría Divina, por un contacto directo con la Fuente de la Cábala Acústica, que es la Ciencia de los Atlantes morenos.

Su insistencia y perseverancia por conseguir ese propósito, y su carácter de miembros del Pueblo Elegido, convenció a los Demonios de la Fraternidad Blanca de que se hallaban frente a invalorables colaboradores del Pacto Cultural.

Esa convicción los decidió a confiarles una importantísima misión, una empresa que requeriría su intervención dinámica en la Historia.

El cumplimiento de los objetivos propuestos por los Demonios redundaría en beneficio de los levitas, ya que les permitiría avanzar cada vez más en el conocimiento de la Kábala acústica.

¿Qué clase de misión les habían encomendado los Demonios?

Una tarea que tenía directa relación con sus deseos: serían ejecutores del Pacto Cultural; trabajarían para neutralizar las construcciones megalíticas de los Atlantes blancos, tratarían de recuperar las Piedras de Venus, combatirían a muerte a los miembros del Pacto de Sangre, y colaborarían para que el plan de la Fraternidad Blanca, consistente en instaurar en Europa la Sinarquía del Pueblo Elegido, pudiese llevarse a buen término.

Los Golen, en el fondo, seguían siendo Sacerdotes levitas, hijos del Pueblo Elegido, y ahora poseedores de la “Sabiduría Divina" de YHVH, la Hokhmah.

Su fundamental ocupación, el objetivo principal de sus desvelos, sería teológico: 

Ellos intentarían unificar los Cultos, demostrando que, “tras la pluralidad de los Cultos”, existía “la Singularidad de Dios”; que, desde entonces, se debería cumplir rigurosamente con el Sacrificio del Culto.

“Porque, cualquiera que fuese la forma del Culto, «el Sacrifico es Uno», vale decir, el Sacrificio participa de El Uno”.

A partir del siglo V, están ya los celtas y los Golen recorriendo Europa hacia el Oeste.

Los Galos fueron los que se unieron a Amílcar Barca e impidieron que Roma auxiliase a Tartessos; luego se unirían a Amílcar Barca en la invasión de Italia.

Mucho antes, en el siglo IV, habían humillado a Roma y destruido el Templo de Apolo, en Delfos.

Julio César, en su célebre campaña de las Galias, consigue someterlos definitivamente al control de Roma en 59 aJC.

Augusto divide a la Galia transalpina en cuatro provincias:

La Narbonense,
La Aquitania,
La Céltica o Lionesa, y
Bélgica.

Los Golen, que detentaban gran poder sobre todos estos pueblos, comienzan a retirarse poco a poco de las provincias romanas, incluso seguidos por algunos contingentes celtas.

Pasan primero a Gran Bretaña, o “Britania”, pero el objetivo final es Irlanda, o sea “Hibernia”.

En los primeros siglos de la Era cristiana no son muchos los Golen que se mueven libremente por Europa: en el siglo IV, cuando se castiga con la pena de muerte la práctica de los Cultos paganos, ya no parece haber Golen en las regiones romano cristianas.

De hecho, para entonces las Galias e Hibernia están totalmente romanizadas y, en las regiones que aún se practica el paganismo, los misioneros católicos derrumban los templos paganos, a veces árboles centenarios, y ponen en fuga a los Golen.

Invariablemente, estos parten hacia Gran Bretaña e Irlanda.

La llegada de los bárbaros en el siglo V no les brinda una oportunidad de reimplantar su poder pues estos pueblos son cristianos arrianos y de Raza germánica, tradicionalmente enemistada con los celtas que los consideran también barbarii.

Así, en el Reino visigodo de España, los Señores de Tharsis recogerán entonces la impresión de que, al fin, los Golen han desaparecido de la Tierra.

Estaba por ocurrir todo lo contrario, pues en poco tiempo los Golen protagonizarían el regreso más espectacular.

Los Golen no retornaban a Europa para cumplir su antiguo rol de Sacerdotes paganos del Dios Uno, para cumplir la misión de unificar los Cultos en el Sacrificio ritual: ahora corrían otros tiempos.

De aquella misión se ocuparían directamente los miembros del Pueblo Elegido, quienes ofrendarían a El Uno el Sacrificio de toda la Humanidad Gentil o Goim. 

La Fraternidad Blanca había encargado a los Golen, en cambio, el desempeño de una función superior, una ocupación que favorecería como nunca la unificación de la humanidad.

Por eso ellos no volvían esta vez como Sacerdotes paganos sino como “Cristianos”; y no sólo como “Cristianos” sino como “católicos romanos”; y no sólo como católicos sino como “monjes misioneros” de la Iglesia Católica.

Luego serían considerados "constructores sabios” de la Iglesia, título absurdo cuya mención iba a arrancar risas irónicas a los Hombres de Piedra.

Es ésta una larga historia aquí resumida y que tiene su principio en los planes de la Fraternidad Blanca. 

Los Dioses Traidores, para cumplir sus pactos con el Dios Creador y las Potencias de la Materia, debían favorecer el Control del Mundo por parte del Pueblo Elegido.

Fuente: Misterio de Belicena Villca, libro II día 15
http://cr-libros-belicenavillca.blogspot.pe/2012/03/dia-15.html
Libro PDF Misterio de Belicena Villca Nimrod de Rosario:
http://www.regresoalorigen.com/El%20misterio%20de%20Belicena%20Villca.pdf
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