*SHUNGOLOMA, YAVIRAK Y PANECILLO*



Los que viven en la ciudad de Quito o los que han viajado a la Mitad del Mundo, por lo menos una vez han ido al Panecillo, es un mirador central en el que se juntan el centro y el sur de la ciudad; los ambiciosos aventureros llegados de Iberia le nombraron Panecillo, pero originalmente se llama Shungoloma para los Kitus y Yavirak para los Incas.

Cuando los codiciosos europeos llegaron al Cuzco, después de haber matado a Sumac Capac Shyri Duchicela Atahualpa, arrancaron todo el oro que cubría las paredes del Kuri Kancha, fundieron las estatuas de oro puro que los incas tenían en sus viviendas y extructuras religiosas, se rifaron los objetos sagrados y no quedaron satisfechos.

Para los pueblos preamericanos esos objetos no tenían un valor mercantil, sino religioso.

Dicen que los ibéricos mayormente judíos y moros conversos que se lanzaron a la aventura de ir hacia América para hacer fortuna, sufrían una rara fiebre que, cuanto más oro obtuvieran provocaba más su sucia codicia, al extremo de pelearse y sublevarse entre ellos.

Alguien les dijo, quizá para que dejaran de joder a los pobres indígenas, que el oro que buscaban estaba al norte, en Kitu, la legendaria ciudad ceremonial a la que todos quieren ir, y que los incas habían construido un templo de oro puro en la cima del Yavirak; esto aparte del cuento del "Dorado", que también les clavaron en su corazón ambicioso.

No faltaba más, salieron corrieron hacia Kitu en busca del templo de oro de Atahualpa y del Dorado.

Les costó llegar porque la resistencia del General Rumilahui fue muy fuerte, sólo la erupción del Cutupaxi (en kichwa no existen las vocales o y e), hizo desmoralizar a Rumiñahui, aparte que el grupúsculo de codiciosos europeos fue ayudado por gran cantidad de otros pueblos indígenas renegados que querían ganarse el favor de los barbudos ambiciosos, traicionando a su Tierra.

Cuando llegaron a Kitu encontraron la ciudad quemada, desolada y del tesoro, NANAY.

Rumiñahui había tomado a las Ñustas (vírgenes de la élite) y los tesoros de Kitu y había huido supuestamente hacia los Llanganates; antes de escapar había lanzado a los barrancos a quienes se pronunciaron por dialogar con los ávidos peninsulares.

Los aventureros entraron a Quito donde no encontraron ni una pepita de oro, subieron corriendo al Yavirak y hallaron que el Templo de Oro no existía, al menos a simple vista, no había ni una seña, se agarraron de las barbas y se rascaban las nalgas.

Rabiaron y maldijeron; enviaron a grupos de perros traidores, los mismos que les veían como a "dioses Wiracuchas" a perseguir a Rumiñahui y luego de mucho trabajo lo capturaron cerca de la oculta Sigchos.

Rumiñahui fue torturado sin descanso, le quemaron los pies y cuando no pudieron conseguir la información lo mataron, trájico fin del hermanastro de Atahualpa.

El templo de oro del Yavirak sigue allí, sólo hay que tomarse un poco de AYAHUASHCA, para verlo, hundido en las entrañas de la tierra, custodiado por la madre de Atahualpa, la Reina Shyri Duchicela Paccha, las bellas Ñustas de Kitu y Cuzco reguardadas por los fieles guerreros de élite, orejones con lanzas y achas de oro.

En la puerta de entrada, que hoy está oculta por la cisterna-Olla del Panecillo a veces se ve el resplandor de una luz mágica, que en ese momento, quien tenga la suerte de estar cerca, podría entrar hasta donde está el Templo de Oro del Sol, pero deberá tener cuidado de convencer a los soldados de la Reina, de que sus intenciones son buenas, de otra manera no podrá salir con vida de las entrañas del SHUNGOLOMA.

Hay algunas personas que han entrado y han salido muy ricos, pero que son cuidadosos de exhibir sus riquezas y cuidan también de hacer con ellas buenas acciones.

Este llamativo, tradicional y único montículo convertido en un mirador natural de la ciudad, está ahora adornado por el monumento a la Virgen de Quito, Virgen Apocalíptica que aplasta con su blanco pie la cabeza del Dragón o Serpiente, que representa al Sistema Sinárquico y dogmático del mundo; está asentada en un punto ceremonial especial para los sostilcios y equinoccios.

La escultura original fue esculpida por Bernardo de Legarda perteneciente a la Escuela Quiteña de la época colonial, llena de grandes artistas indígenas y mestizos; hoy su réplica en metal, es el principal punto de observación de la ciudad.

La estatua tiene 31,50 m. de altura, es considerada la más grande del Ecuador construida en aluminio y está compuesta de más de 7.000 piezas.

Para subir hasta el mirador a pie, puede utilizar una de las vías más importantes que parte desde la calle García Moreno o Calle de las Siete Cruces y antigua Vía Ceremonial que unía el Huanacauri de Kitu o San Juan con el Yavirak; si el ascenso lo hace en un vehículo, puede avanzar utilizando la avenida Melchor Aymerich, que es la única vía que lo comunica con la cima.

En 1.976, el artista español Agustín de la Herrán Matorras realizó en aluminio el monumento a la Virgen María que se encuentra en la cúspide del cerro y es considerado como la mayor representación de aluminio del Ecuador.

El pequeño montículo que en español sería "Loma del Corazón"; si a Cuzco o Cuzcu la consideran el "Ombligo del Mundo"; la ciudad que hoy se llama San Francisco de Quito (renombre dado por el sefardí converso Belalcázar), la Kitu Ceremonial, sería el "Corazón del Mundo"...he dicho.

Es una referencia para los quiteños porque marca la división entre el sur y el centro de la ciudad; mantiene un legado ancestral por los Kitus, Karas, Incas y mestizos, porque allí fue un Centro Ceremonial, un puesto de vigilancia y un fortín colonial.

Allí se dió la Batalla del Panecillo entre el Estado de Quito (1810-1812) y el Virreinato del Perú; allí flameo la bandera roja de Quito con la cruz de San Andres blanca, una versión similar, pero invertida en color de la bandera de Borgoña que usaban los peninsulares.

La cisterna circular de ocho metros de profundidad que fue utilizada para abastecer de agua al fortín colonial, fue desenterrada en el s.XX, existen fotos de aquello, en otras fotos del sXIX, se puede apreciar un "promontorio pelado" y sin árboles, atravezado por pequeños canales, lo cual podría evidenciar que los antiguos Kitus e Incas lo cultivaban.

En uno de sus lados hay una cueva y un manantial de agua pura que a través de un canal proveía de agua a la Iglesia de Santo Domingo; hasta hace poco había en dicha iglesia la fuente de San Vicente, donde se entraba a beber su agüita milagrosa.

• La Virgen del Panecillo, la Virgen Alada de Quito, a sus pies se puede ingresar a su museo y su mirador.

• La Olla del Panecillo, antes estuvo descuidada y abandonada, igualmente sido adecuada como pequeño museo.

• El Mirador del Panecillo es espectacular en un día soleado y despejado, podemos apreciar los nevados colindantes y el contraste entre la ciudad vieja y la ciudad moderna en una vista de 360 grados.

• El Templo del Sol que existe en el simbolísmo mágico de los quiteños, es una leyenda del corazón del cerro y sólo entrando por caminos secretos se encuentra el Templo del Sol, con sus doncellas hermosas que no envejecen nunca, sus guardias y su Reina, en una realidad de otra dimensión.

Si alguna vez logras encontrar la entrada y luego de salvarte de los peligros que te esperan, llegas por fin a la morada de la Reina, tienes que pensar muy bien en lo que dices y haces.

Si la Reina te pregunta qué buscas en esos recintos sagrados, tienes que decir que eres pobre, que has ido a dar ahí por accidente, que sólo buscas la salida y que juras nunca revelar la entrada secreta a aquel Templo.

La Reina entonces se levantará de su trono de oro macizo; te hará escoger entre una enorme piedra de oro, más un puñado de perlas, rubíes y esmeraldas que están sobre una mesa y una tortilla de maíz, una mazorca de choclo tierno y un pocillo con mote jugoso que están sobre otra mesa.

Piénsalo bien, pues si escoges la primera mesa, es probable que al salir te encuentres con que en vez de riquezas sólo llevas un pedazo de ladrillo y unas cuantas piedras comunes en las manos.

Es probable también que si escoges los alimentos que se encuentran sobe la segunda mesa, la tortilla se convierta de pronto en un enorme pedazo de oro sólido, el choclo tierno en numerosas pepitas de plata y el pocillo con mote en gran cantidad de perlas brillantes.

Escoge bien, porque es probable que suceda también al revés y que una vez afuera ya no haya forma de volver atrás...¡suerte explorador!.

Fuente: varios internet.
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